Son las mujeres y los niños los primeros en ser evacuados en un naufragio?. Mito o realidad

Seguramente muchos de ustedes han oído alguna vez esa famosa frase que reza «las mujeres y los niños primeros» frente a la posibilidad de dar prioridad a los mismos ante el supuesto caso que una embarcación requiera ser evacuada como producto de un naufragio.

Según dicen, es la ley en el mar y pareciera ser que las mujeres y los niños tienen preferencia pero, ese tradicional principio de darle preferencia a las mujeres y los niños, forma parte de las normas marítimas, se queda tan solo en buenas intenciones, es un mito o una realidad?. Descubramos juntos la historia de esta frase tan famosa.

Resulta que por el año 1852, mas precisamente el día 26 de febrero , el navío de guerra británico de transporte de tropas HMS Birkenhead de la Royal Navy​  naufragó en las costas de Sudáfrica, a unos 140 kilómetros de  Ciudad del Cabo luego de chocar contra unas rocas. El barco transportaba cerca de 600 soldados , 26 mujeres y algunos niños.

Hasta ese entonces nunca nadie había impuesto las reglas de quién debía abandonar antes un navío en tales circunstancias.

Con muy pocos botes salvavidas para algo más de 600 pasajeros, el capitán del barco dio la orden de que sólo las mujeres y los niños se fueran. Luego de la orden del oficial, que acataron todos los soldados, todas las mujeres y los niños sobrevivieron pero la mayoría de hombres murió.

Desde entonces la frase ‘Las mujeres y los niños primeros’ se convirtió en una norma náutica no establecida. Pero, existe realmente alguna normativa legal que establezca quién debe abandonar el barco primero?. La respuesta es NO, ya que lo cierto es que en la actualidad solo existe un grupo que sí puede recibir un trato preferencial y está compuesto por las personas con discapacidad o necesidades especiales de movilidad.

Como muchos de ustedes han experimentado, cuando realizamos el ejercicio de emergencia, el procedimiento establecido para el caso de una evacuación ante un naufragio establece que una vez que los pasajeros embarcan en un crucero, se les asigna un bote salvavidas de acuerdo con la cabina en la que se alojen.

Si hay un accidente, le corresponde al capitán decidir si se abandona o no el barco. Para marcar el inicio de una evacuación, se activa una fuerte alarma indicando a las personas que se dirijan a su puesto de reunión.

A partir de ese momento los cruceros tienen 30 minutos para cargar, lanzar y maniobrar los botes salvavidas bajo las regulaciones establecidas por la Organización Marítima Internacional.

Por consiguiente podemos concluir que esa idea de que las mujeres y los niños deben salvarse primero es sólo una convención por razones históricas que puede ser apropiado en ciertas circunstancias y culturas, pero no constituye una obligación ni una prioridad para este grupo de personas.

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